JESUCRISTO ES DIOS
DOCTRINA DE LA UNICIDAD, JESUCRISTO ES DIOS
Solamente con la parte que comenzamos leyendo podemos trastornar este mundo entero, porque más claro, agua; más fácil, no hay dónde. Mostrar en la palabra del Señor que Jesucristo es el Señor, que Jesús es Dios. No es que Jesús sea una porción de Dios, tampoco una parte de Dios, no dije que Jesús es una segunda persona de Dios, dije que Jesús es Dios.
Llamarás su nombre Jesús porque él salvará a su pueblo de sus pecados, Emanuel que quiere decir Dios con nosotros. “Oye Israel el Señor nuestro Dios, el Señor Uno es” (Marcos 12:29). Hay un solo Dios, un solo Señor, de acuerdo a Efesios 4:5 “Un Señor, una fe, un bautismo”.
Ese bautismo es en el nombre del Señor Jesucristo, porque no hay más que un Dios y ese Dios es Jesús. En todos lados, “el Señor nuestro Dios uno es”.
“Dios es Espíritu”, de acuerdo al evangelio de Juan 4:24. No voy a descubrir América ni la doctrina tampoco porque ya está en sus manos. Voy a tratar de poner una inyección a algún pentecostal en este día. No vengo a tratar de revelar una verdad porque la verdad está allí. Vengo para poner esta verdad, no solamente en el pensamiento, en el corazón, también en las venas, en los huesos, en los tuétanos.
Algún pentecostal apostólico que esté cansado de mirar un mundo allá afuera, un mundo que esté queriendo poner a Jesucristo en un lugar inferior al que le pertenece. Cuando me hablan diciendo que Jesucristo es un Dios más pequeño, en ese momento la sangre me empieza a querer subir a la cabeza.
Los nervios empiezan a ponerse tensos. Yo digo hable mal de mí, diga que soy chaparro, diga que estoy feo, lo que sea, pero cuando habla del Señor Jesucristo, primero corra al altar de arrepentimiento, lávese la boca con el Espíritu Santo de Dios. Y para hablar de Dios reconozca primero quién es el Señor.
Los nervios empiezan a ponerse tensos. Yo digo hable mal de mí, diga que soy chaparro, diga que estoy feo, lo que sea, pero cuando habla del Señor Jesucristo, primero corra al altar de arrepentimiento, lávese la boca con el Espíritu Santo de Dios. Y para hablar de Dios reconozca primero quién es el Señor.
No le pregunten a la sociedad quién es Jesús. No le pregunten a las sociedades Bíblicas quién es Jesús, tampoco le pregunten a la teología quién es Jesús. Si alguien quiere saber verdaderamente quién es Jesús, pregúntele a Jesús.
Si usted me dice: pastor ¿usted es Ecuatoriano? Yo le voy a decir no, ése es el hermano Limones. Yo soy Boliviano, aunque usted me diga que soy Chileno. Si alguien dice que mi papá nació en Francia, yo le digo no, mi papá es Boliviano.
Ahora dígale a Jesús, quien dice “Yo soy el primero”, no tus eres el segundo. Jesús dice “Yo soy el Alfa y la Omega”, pero la gente dice no porque dicen es la letra B y la letra Y. Si quiere saber quién es Jesús, pregúntele a él. ÉL dijo “yo soy el primero”, no e segundo. “Yo soy el primero, yo también el postrero” y “fuera de mí no hay Dios” dice la palabra del Señor.
Ahora dígale a Jesús, quien dice “Yo soy el primero”, no tus eres el segundo. Jesús dice “Yo soy el Alfa y la Omega”, pero la gente dice no porque dicen es la letra B y la letra Y. Si quiere saber quién es Jesús, pregúntele a él. ÉL dijo “yo soy el primero”, no e segundo. “Yo soy el primero, yo también el postrero” y “fuera de mí no hay Dios” dice la palabra del Señor.
EL ÚNICO DIOS VERDADERO FUE MANIFESTADO EN CARNE EN JESUCRISTO
De acuerdo a 1 Timoteo 3:16 “Dios se manifestó en carne”, el Dios de la gloria prometió venir a este mundo y cumplió. Si usted quiere toda la verdad, comience desde el Génesis y termine en Apocalipsis. Jesucristo está en todo, hay un solo Dios y ese Dios está con nosotros, se manifestó en carne y “habitó entre nosotros y vimos su gloria, gloria como del unigénito del padre, lleno de gracia y de verdad”.
2Corintios 3:17 dice: “El Señor es el Espíritu, y dónde está el Espíritu del Señor, hay libertad”. Preste atención, hay un señor (Deuteronomio 6:4, Marcos 12:22, Efesios 4:5), ese Señor es Espíritu porque “Dios es Espíritu” (Juan 4:24, Lucas 24:39). Un espíritu no es una persona, tampoco dos, peor tres personas.
El versículo dice el Señor es el Espíritu, no dice los señores, porque hay un solo Señor y ese Señor es El Espíritu. Colosenses 2:9 “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad”, es decir, que en Jesucristo habita todo lo que es Dios. 2 Corintios 5:19 “Dios estaba en Cristo…” ¿Cuál Dios? ¿El dios Hijo? ¿La segunda persona? Dios es Espíritu no es persona. Jesucristo es Dios mismo manifestado en carne.
Juan 3:13 “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el hijo del hombre que está en el cielo”. Jesús está en la tierra, pues está hablando estas palabras. Estaba diciendo que estaba al mismo tiempo en la tierra hablando y en el cielo. ¿Cómo es posible?, pero eso estaba diciendo el Señor.
Imagínese que su servidor le diga, le cuento hermano que yo estoy aquí pero también con mi esposa en la casa. Me dirán usted está loco, no hay manera, pues estoy en un lugar o en otro; pero el Señor dijo que estaba en la tierra y en el cielo al mismo tiempo. Para la gente es difícil de entenderlo porque no tiene sentido.
Dios es Espíritu y cuando se manifestó en carne, en Jesucristo. Cuando lo miraban caminando en las calles de Galilea, Jerusalén, la gente se preguntaba ¿Quién es este hombre? Él mismo pregunto ¿Quién creen que soy? Al Señor, no solamente le interesaba que miraran el milagro, sino quién creía que era.
QUIÉN ES REALMENTE JESÚS
¿Quién es realmente Jesús?, ¿Qué importancia tiene para esta sociedad?, ¿Qué importancia tiene para usted tener una verdad? Y ¿Qué hace con esa verdad?, porque verdades escondidas no funcionan para nada. Las verdades tienen que salir de los labios de los hijos de Dios, ser proclamadas a este mundo perdido. Es el tiempo para que la iglesia abra la boca porque afuera hay un mundo perdido que no conoce esta verdad.
Los Israelitas creen en un solo Dios. Los musulmanes también son monoteístas. Ambos son hijos de Abraham, tanto Israel como el pueblo musulmán. La diferencia es que los Judíos no aceptaron a Jesucristo y quedaron fuera. Los musulmanes tienen ahora otro profeta llamado Mahoma, quien sacó el Corán y quedaron fuera. ¿Quién queda dentro?, son los cristianos que crean en un solo Dios, el pueblo monoteísta. El que diga “Oye Israel, el Señor nuestro Dios Uno es”.
Efesios 4:9 “Ese que subió, qué sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra, el que descendió es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo”. Juan 12:44 “El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió”. Una vez más, el que cree en mí, “no cree en mi”. Como cuando dice “el que me ve, ve al que me envió”.
Si alguien le preguntaba quién te envió, diría el padre. Aquellos que usan Juan 3:16 donde Dios envió a su hijo al mundo, ahora notar que el hijo dice que el que lo mira está viendo al que lo envió. Es decir, que era el mismo padre ya que él decía: “el que me ve a mí, ve al que me envió”.
Jesús decía que el que lo miraba a él, miraba al que lo envió, y quien lo envió es el padre. Al estarlo viendo a él, era estar viendo al mismo padre. Para la teología de afuera, Dios se quedó arriba en el cielo y mandó a su hijo a la tierra.
Mi pregunta es: Si Dios había prometido venir ¿Por qué no vino?, porque si el padre Jehová, está prometiendo, pues hay muchos versos en el antiguo testamento donde promete venir, “Yo mismo iré” “Yo mismo vendré” “Yo los salvaré” “Yo mismo que hablo estaré presente”. El Señor está prometiendo y después dice mejor voy a mandar al hijo. ¿Por qué? Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.
Dios no se arrepintió. No dijo voy a ir y después mejor no voy a ir, más bien él dijo voy porque voy; pero la teología trinitaria dice que el padre envió al hijo. El padre se quedó en el trono y el hijo en el calvario. El hijo clamando: papá ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué no estás aquí?. Yo podría estar arriba en el trono y tú aquí.
¿Cuál es la diferencia entre padre e hijo? Porque la teología trinitaria los dos son iguales, y ¿por qué mandó al otro? Entonces no son iguales, porque el que manda es mayor que el otro. Jesús mismo dijo “el padre es mayor que yo”, entonces ¿cómo es posible que el padre sea mayor y al mismo tiempo Jesús es el padre? Es porque en la humanidad de Jesucristo era inferior, pero en el Espíritu es Dios mismo.
El padre que prometió venir a este mundo, descendió a este mundo, “en el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho, pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, más los suyos no le recibieron, más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”
Jesucristo dijo “Yo soy el camino, Yo soy la verdad, Yo soy la vida” (Juan 14:6). El Señor no dijo Yo soy la segunda parte de una verdad, dijo Yo soy la verdad; Yo soy la vida, en otras palabras, me quitas a mí y te quedas sin vida. Él no dijo que cuando se fuere, su padre iba a quedar, no.
Nadie viene al padre sino es por mí. No dijo nadie va donde mi padre, dijo nadie viene al padre, porque el padre estaba dentro de él. “Dios estaba en Cristo…” (2 Corintios 5:19). Juan 1:1 “En el principio era el verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios. Esto era en el principio con Dios, todas las cosas por el fueron hechas, sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres”
Cuando uno mira los versículos anteriores, uno dice ¿de quién está hablando? Porque en el verso 9 dice que aquella luz verdadera que alumbra a todo hombre venía a este mundo. No es una parte de luz, no es una bombilla, no es una parte de electricidad, es la luz verdadera que vino a este mundo. Esa luz verdadera, dice el verso 14, que se manifestó en carne, “aquel verbo fue hecho carne”, aquella luz verdadera fue hecha carne, y habitó entre nosotros.
Dios se manifestó en carne. Ahora estaba en la tierra en carne. La carne no era Dios, pero el Espíritu que estaba dentro de él sí. Jesús por eso dice “nadie viene al padre, sino es por mí”. Felipe le dijo Señor muéstranos al padre y con eso me basta. La gente que está afuera dice lo mismo: muéstrame que Jesús dijo Yo soy Dios.
Esta no es palabra de Jorge Mendizabal, no es palabra de Iglesia Pentecostal Unida, es palabra de Dios. La persona que me diga muéstrame, hay que decirle primero ¿Tú crees que es palabra de Dios? ¿Crees que esta palabra tiene errores, sí o no? ¿Tú crees que esta palabra tiene la verdad? ¿Quieres obedecer lo que dice esta palabra?
Jesucristo dijo “Si me conocieseis también a mi padre conoceríais, y desde ahora le conocéis y le habéis visto”. Si me conocieseis, conocerías a mi padre. Si alguien no conoce a mi hijo Samuel, ¿con conocerme a mí lo conocería? No puede conocer a mi hijo, solo con conocerme a mí. El único que puede decir eso es Jesucristo. “Si me conocieseis a mí, también a mi padre conocerías”.
También les dijo “desde ahora le conocéis y le habéis visto”, en otras palabras, le estaba diciendo “Yo soy el padre”. Después de dos mil años preguntar quién es Jesús, con respeto lo digo, es una ignorancia.
“¿No creéis que yo soy en el padre y el padre en mí?, las palabras que yo os hablo no las hablo por mi propia cuenta, sino que el padre que mora en mí, él hace las obras”. No crees que Jesucristo este diciendo que él es el padre, si me ves a mí ves al padre. “El padre que mora en mí, él está haciendo las obras” (Juan 14:10)
El padre es el mismo Jesucristo en manifestación humana. “Creedme que yo soy en el padre y el padre en mí, de otra manera creedme por las mismas obras”
Nuestras próximas generaciones saben que hay un Dios, pero no pueden demostrarlo. Si le preguntan ¿Cuántos dioses hay?, responden uno solo, pero no saben explicarlo. ¿Por qué dice aquí Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios?, allí están dos, y ellos no saben explicar el por qué. Los padres tienen la responsabilidad de sentarse con sus hijos para leer estas verdades básicas y principales.
En pleno siglo XXI esta generación está en todos lados diciendo cosas que no son ciertas. La iglesia se está quedando atrás. Tiempos de refrigerio es la mejor conferencia que hay en este tipo de avivamientos, pero gloria a Dios que alguien se fijó en la doctrina.
Gloria a Dios que hay milagros, sanidades, unción, todo, pero ¿quién es la unción?, pues Cristo. Cristo es el ungido, la unción, el aceite fresco de la unción que está sobre nosotros. Cuando este aceite está sobre nosotros, y el mundo entero está sin luz, y nosotros pentecostales cristianos estamos pensando que no podemos hablar mucho de esto porque no sé mucho.
Lo que usted sabe, ¿lo saben sus hijos? sus vecinos, compañeros de trabajo, supervisores, suegra, cuñado, primos? Lo que necesitamos es empezar a agarrar palabra de Dios y empezar a meterla en nuestro corazón a lo más profundo de nosotros y decir yo quiero ser celoso en el nombre del Señor por la verdad de Jesucristo.
“De quienes son los patriarcas y de los cuales, según la carne, vino Cristo el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos amén” (Romanos 9:5). Jesús es Dios sobre todas las cosas, esta verdad tiene que estar en tu sangre, fluir en tus huesos, predicada en todos lados donde vayamos que hay un solo Dios, Jesucristo es Dios.
Cuando un hombre empezó a insultarnos en la radio, la sangre se me trepó y llamé a este varón. Le dije que todo lo que estaba diciendo que me lo repitiera, pero no por teléfono sino sentado frente a mí y con tu radio público para que la gente te escuche a ti y a mí.
Porque si tienes algo que decir detrás de una cabina, detrás de un micrófono y no tienes el valor de sacar la cara y decirlo públicamente, mejor cállate. El varón me dijo que no estaba para discusiones, para peleas. Pero le dije tú me estás insultando, yo no te he insultado. El hombre dijo que no.
Tenemos una doctrina de la cual no debemos avergonzarnos, tenemos una palabra viva, eficaz, más cortante que toda espada de dos filos, que penetra hasta partir el alma, las coyunturas y los tuétanos.
Hay que pararse, a cualquier persona que llegue a tocarle la puerta, no se la cierre. No ponga letrero en su puerta que diga no a los testigos de Jehová, los mormones, una listo de no. Póngale sí a todo. Que la gente al pasar por su puerta diga que ese hombre o esa mujer es terrible, no había abierto bien la puerta y me empezó a tirar versículos. Son pentecostales.
Mandamos cartas a todas la organizaciones, porque en el tiempo de Goliat decía mándame un hombre. Los pentecostales debemos decir mándame un hombre. Se ha dado la vuelta a la historia. Si creen que están en la verdad, mándeme a alguien. ¿Cuántas llamadas recibí de todo Estados Unidos?, una sola, de un gran hombre, el Dr. Luis Soto, al cual lo amo. No por su doctrina sino por el valor de decir yo estoy aquí, y se paró y tuvimos un debate.
Tuvimos tiempo de mirar a los ojos de un hombre sincero, un hombre que ama a Dios, y muchos pastores allá, sinceros en su corazón, volviendo después del encuentro que tuvimos, tocando las puertas de nuestra casa, corriendo a las puertas de la iglesia. Decían pastor qué es esto. Estoy pastoreando años, qué es esto que me dijo, y pocos momentos después estábamos bautizándolos en las aguas del bautismo en el nombre del Señor Jesucristo para el perdón de sus pecados.
NO HAY OTRO DIOS FUERA DE JESUCRISTO
1 Juan 5:20 dice: “Sabemos que el hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero, y estamos en el verdadero, en su hijo Jesucristo, este es el verdadero Dios y la vida eterna”. El siguiente verso dice: “Hijitos, guardaos de los ídolos”. ¿Qué tiene que ver la idolatría? Porque el que no cree que Jesucristo es el único y verdadero Dios, es idólatra.
Mucha gente podrá decir allá afuera ¿usted me dijo idólatra?, porque si crees más de uno, en dos ya estás en pecado, y en tres olvídate. Jesucristo es el verdadero Dios y la vida eterna. Antes de mí no fue formado Dios, ni lo será después de mí, dijo Jehová en el antiguo testamento. No hay otro Dios fuera de él. Jesucristo es Dios.
Cuando Jesús está caminando en la faz de la tierra y lo quieren apedrear y matar, es porque el mismo siendo hombre se hacía Dios. Esa es la razón por la cual lo querían matar. Si el Señor viene en este tiempo lo sacan de las congregaciones. Cuidado y lo apedrean de nuevo.
Este es el tiempo de la iglesia, que nos paremos y tengamos el valor de mirar a la gente a los ojos, y decir Dios dame fuerzas para predicar este nombre. Dame valor, no quiero estar escondido en un rincón. Necesitamos apostólicos en todas las ciudades.
Estamos tomando la actitud de Tomás, incrédulo. Sí creo, pero no todo. Sí sé, pero no lo hago. El que sabe hacer lo bueno y no lo hace es pecado. Si sabe algún versículo y no lo transmite es un pecado.
Hay que tratar con cariño para que no se enoje, rascarle la espalda para que no se moleste. No importa cuánto se moleste, este es el tiempo de la iglesia, este es el tiempo de la verdad, este es el tiempo de proclamar que Jesucristo es el Señor. Jesucristo es Dios y no hay otro fuera de él.
Me invitaron a ser parte de las sociedades Bíblicas unidas y ser parte del ecumenismo en este mundo. Claro que fui, ¿no le da vergüenza?, claro que no. Yo fui y me senté con toda esa comunidad, me preguntaron de donde viene, Yo soy del nombre de Jesucristo.
Me paré en ese lugar, mirando con respeto a todos esos ancianos. Yo solamente mencionaba una cosa, todavía el Señor uno es. En ese momento me pasaron un papel, estos son los requisitos para ser parte del sistema ecuménico que tenemos, la unidad de todas las iglesias, tenemos varias afiliaciones.
Dónde dice aquí que hay un solo Dios. ¿Cuáles son los requisitos? ¿Aquí dice que están bautizados en el nombre de Jesús?, pero el primer punto que está allí es tienes que creer en la trinidad. Yo dije podemos discutir el primer punto. Me dijo usted firme y después hablamos. Yo dije no, primero hablamos y después firmo.
¿Podemos hablar solo del primer punto? Por supuesto no llegamos al segundo punto. Tres minutos después yo estaba caminando por las calles. Iglesia no busque la fama, no busque se reconocido, busque que la gente sepa la verdad a través de su boca.
Debemos tomar la actitud del incrédulo que tuvo que mirar al señor y caer a los pies de él. Como Tomás y decirle Señor mío y Dios mío. Este hombre reconoció al decir tu eres Señor y eres Dios. Bienaventurado Tomás porque creíste
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